Autobiografia

Mi Primer viaje por fuera del País.

“Cada experiencia es un recuerdo que uno decide contar u olvidar…”
Esta frase me la dijo mi padre mientras conducía hacia el aeropuerto hace 11 años. Y desde ese momento no la he olvidado por nada y me aferro a ella cada en cada momento; pues a mi parecer es muy cierta ya que uno decide si lo que ha hecho en el pasado, lo afecta o no. Hago referencia a esa frase, porque es lo primero que recuerdo cuando pienso en mi primer viaje por fuera del país. 

Empecemos, recuerdo ver a mi papá subiendo las maletas al carro, mientras que mi mamá seguía en el  apartamento, terminando de arreglarse, a mi hermana empacando las cosas que hacia falta. Sin embargo, aunque tenia mucho sueño no quería dormir ya que la emoción de saber que por fin  iba a viajar al país donde los sueños se hacían realidad, el problema fue que a mitad del camino el sueño termino apoderándose de mi. Ya en el aeropuerto nos tocó esperar a que nos llamaran para abordar el avión, mientras que mis papás esperaban la llamada en la cafetería, tomando un cafe, yo estaba pegado al gran ventanal que había en el aeropuerto, tratando de ver los aviones y buscando el avión en el que viajaríamos. Cuando llego esa gran llamada, las emociones comenzaron a surgir ya que aunque era un viaje familiar, no toda la familia viajaría, pues mi hermana Paola no tenia la visa. Recuerdo que en el avión le contaba a mi mamá todas las cosas que quería hacer y todo lo que quería comprar; pues creía que allá todo era barato y que con trescientos dólares podría comprar un Ipod, un computador portátil, mucha ropa y juguetes. Hicimos escala en Bogota y ahí fue cuando conocí lo que era tener frío, pues esa mañana estaba helando en la Capital de la ciudad. Tras estar dos horas en la sala de espera, llegó el momento de partir a donde vive Mickey Mouse. El avión que nos llevaría al otro país era mucho mas chevere que el que nos llevo a Bogota, porque tenia  para ver películas y juegos, mientras que el otro no tenia nada, solo una revista de moda. 

Al llegar a Miami, luego de pasar por inmigración y recoger las maletas, nos encontramos con mi prima Rebeca y con el esposo; ellos nos llevaron a la casa. En el trayecto hacia donde íbamos dormir, buscaba  en las calles el carro con el que siempre he soñado: un Ferrari. Ese día fue un día normal, lo único que hicimos fue ir a recoger al aeropuerto a mi otra hermana Tatiana que llegaba con su esposo Jaime y mi sobrino Alejandro, el resto del día dormimos para reponer energías. En los días siguientes recorrimos la mayor cantidad de malls o centros comerciales que mi hermana y mamá conocían. Y, conociendo la ley de las mujeres: se debe de entrar a todos los locales a probarse ropa y ver cosas que no se van a comprar; mi papá, Jaime y yo nos fuimos a recorrer el centro comercial y dejar que las dos mujeres disfrutaran de su parque de diversiones. Nosotros encontramos nuestro parque de diversiones al llegar a la plazoleta de comidas y ver que cada restaurante daba degustaciones de su comida. Así que, ese día comimos todo tipo de comidas, desde comida oriental, hasta comida Arabe, y lo mejor es que fue gratis. Lo que mas disfruté de mis días en Miami fue cuando compré mi PSP (PlayStation Portable), pues a mi corta edad nunca había tenido una consola de juegos y al haberla comprado con mi propia plata, me sentía como si fuera rico y  podía comprar muchas cosas mas. El resto de los días en Miami, la pase jugando y mostrándola a todo el que conociera. 

Luego de dos semanas en Miami, Jaime decidió alquilar una van para viajar por carretera a Orlando. Allá, dormiríamos con la familia de la prima de la secretaria del esposo de mi hermana. Al principio no encontré ningún problema; pues en esa familia habían dos niños con los que creí poder jugar. Pero no todo fue diversión, el problema llegó cuando comencé a ver que mi hermana y mi mamá le ponían mas cuidado al hijo mayor de la familia y no a mi. Entonces, con celos de el, lo trataba mal y no lo dejaba jugar con mi PSP; con el menor si no tenia problemas porque era chistoso y me buscaba juego, así que no le tenia rencor. Al día siguiente de haber llegado a Orlando, fuimos al primer parque de diversiones que nos recomendaron: Universal studios. Algo que no olvido por nada, es que apenas uno entra se encuentra con la primer montaña rusa que es con la temática de “Hulk". Entonces lo primero que hice fue salir corriendo a hacer la fila y poder montarme. Mis papás se aventuraron a montarse conmigo y aunque Tatiana quería, Jaime no la dejo que porque supuestamente el no quería quedarse cuidando a Alejandro. El mejor recuerdo que tengo de ese parque fue que Jaime vio una atracción en la que era como un ascensor que  solo subía  y bajaba; así que el decidió montarse conmigo y con mi papá, el recuerdo comienza cuando el ascensor sale disparado hacia arriba y lo único que se escuchaba eran los gritos de el y diciendo que se quería bajar.  Luego de ese día, el no se volvió a montar en otra montaña rusa. 

Otra experiencia que tengo es la que tuve el ultimo día en orlando la cual fue en Disney hollywood Studios. Resulta que ese día decidimos quedarnos para el show final que ofrecía el parque y luego de comer mis todos acordamos ir a ver el show, lo que sucedió fue que de la emoción salí corriendo para coger lo mejores puestos; el problema llegó cuando no veía a mi familia por ningún lado. Luego de 10 o 15 minutos, ya estaba asustado de no poder ver a mi familia, así que comience a caminar para buscar a alguien de mi familia. Cada paso que daba y no los veía era una lagrima mas que salía de mis ojos, pues tenia miedo de no volverlos a ver y saber que me quedaría solo. Luego de que un guía del parque me vio perdido decidió ayudarme y me dio un pase VIP para caminar por un camino privado que facilitaba la salida del lugar donde se hacia el show. Cuando se termino el camino, lo único que pude hacer fue sonreír porque justo en frente mío estaba mi mamá y mi hermana con mi sobrino. Así que salir corriendo a abrazarlas y al llegar me preguntaron porque estaba llorando, y les conté porque estaba así. Para mi sorpresa, ellas quedaron asombradas porque no se habían dado cuenta que estaba perdido.

Del viaje faltan muchas cosas mas que me pasaron, pero he decidido compartir lo que mas me marco y me dejo experiencias de vida.



Avance de la Autobiografía

Mi Primer viaje por fuera del País.

Antes de comenzar el viaje, mi padre me dijo que las experiencias eran recuerdos que uno decidía contar u olvidar. Al escuchar eso, mis expectativas y alegrías crecían más y más debido al gran viaje que realizaría a los 11 años.

Recuerdo ver como mi papá subía las maletas al carro, a mi mamá terminando de arreglar los últimos detalles y a mi hermana ayudándola. Durante el trayecto al aeropuerto, aunque tenía sueño, no quería dormir debido a la emoción de saber que por fin viajaría al país donde los sueños se hacían realidad. Lastimosamente a mitad del camino, el sueño termino apoderándose de mí. Cuando llegamos al aeropuerto mi familia esperaba la llamada en la cafetería del lugar, mientras que yo la esperaba en el ventanal donde se podía ver todos los aviones. Siempre que había ido al aeropuerto, pasaba todo el tiempo pegado al ventanal viendo los aviones que llegaban y los que despegaban. Y, esta vez o iba a ser la excepción. Cuando llegó el momento de partir, las lágrimas de mi mamá no paraban de recorrer su mejilla, pues le dolía ver que mi hermana Paola no viajara con nosotros debido a que no le habían dado la visa americana. Ya en el avión, mi emoción por viajar aumentaba al igual que los deseos que me surgían al pensar en todo lo que podría hacer y lo que podría comprar.
El viaje constaría de una escala en la capital del país, al llegar allá, conocí lo que era tener frio; aunque me gusta mucho el frio, nunca había sentido nada igual en mi vida y ahí entendí por qué le decían a la capital del País “La nevera“. Luego de estar dos horas en la sala de espera, el momento de partir a donde vivía Mickey Mouse llego. El avión, en el que viajaríamos, era mucho más chévere que el que nos trajo a Bogotá, porque tenía pantallas para ver películas y juegos, mientras que el otro solo había una revista de moda.

Al llegar a Miami, luego de pasar por inmigración y recoger las maletas, nos encontramos con mi prima Rebeca y con su esposo, era la primera vez que los conocía aunque ya mi papá me había contado de ella. En el trayecto a su casa, buscaba  en las calles el carro con el que siempre había  soñado, un Ferrari. Ese día fue un día normal, lo único que hicimos fue ir a recoger al aeropuerto a mi otra hermana Tatiana que llegaba con su esposo Jaime y mi sobrino Alejandro. Para mí, fue una sorpresa que ella viajara con nosotros, pues hasta donde tenía entendido, el viaje era solo con mis papás. El resto del día dormimos para reponer energías.

 En los siguientes días  recorrimos la mayor cantidad de  centros comerciales que mi hermana y mamá veían. Y conociéndolas, sabíamos que iban a entrar  a probarse ropa y ver cosas que a lo mejor no comprarían. Mi papá, Jaime y yo nos fuimos a recorrer el centro comercial, dejando que las dos mujeres disfrutaran. Nosotros, encontramos nuestra propia diversión. Al llegar a la plazoleta de comidas y ver que cada restaurante daba degustaciones de su comida, comimos todo tipo de comidas, desde  oriental hasta árabe, y lo mejor es que fue gratis. Lo que más disfruté de mis días en Miami fue cuando compré mi PSP, pues, a mi corta edad, nunca había tenido una consola de juegos y al haberla comprado con mi propia plata me sentía independiente y que al haberla comprado con mi propia plata, mis padres no tendrían poder sobre mi consola, pero resulto ser que si lo tendrían. El resto de los días en Miami, conocimos muchas playas, lugares culturales  y más centros comerciales.

Luego de dos semanas en Miami, Jaime decidió alquilar una van para viajar por carretera a Orlando. Allá, dormiríamos con unos familiares  de  la asistente del esposo de mi hermana . Al principio no encontré ningún problema, pues la pareja tenía dos niños con los que creí poder jugar. Pero no todo fue diversión; el problema llegó cuando comencé a ver que mi hermana y mi mamá le ponían más cuidado al hijo mayor de la familia y no a mí. Entonces, con celos, lo trataba mal y no lo dejaba jugar con mi PSP; con el menor sí no tenía problemas porque era chistoso y me buscaba juego, así que no le tenía rencor. Al día siguiente de haber llegado a Orlando, fuimos al primer parque de diversiones que nos recomendaron: Universal Studios. Algo que no olvido por nada es que apenas uno entra se encuentra con la montaña rusa con la temática de Hulk. Apenas cruzamos la entrada, Salí corriendo a hacer la fila y poder montarme. Mis papás se aventuraron a montarse conmigo y, aunque Tatiana quería, Jaime no la dejó que porque él no quería quedarse cuidando a Alejandro. El mejor recuerdo que tengo de ese parque fue que: Jaime vio una atracción en la que era como un ascensor que  solo subía  y bajaba, así que él decidió montarse conmigo y con mi papá,  cuando el ascensor salió disparado hacia arriba  lo único que se escuchaba eran los gritos de Jaime  diciendo que se quería bajar.  Luego de ese día, no se volvió a montar a ninguna atracción de los parques. 

Otra experiencia que tuve, fue en mí  último día en Orlando, la cual fue en Disney Hollywood Studios. Resulta que ese día decidimos quedarnos para el show final que ofrecía el parque y, luego de comer, todos acordamos ir a ver el show. Lo que sucedió fue que de la emoción salí corriendo para coger lo mejores puestos. Al no ver a mi familia  por ningún lado, Luego de 10 o 15 minutos, ya estaba asustado por no verlos, así que comencé a caminar para ir en busca de ellos. Cada paso que daba y no los veía era una lágrima más que salía de mis ojos, pues tenía miedo de no volverlos a ver y saber que me quedaría solo. Luego de que un guía del parque me vio perdido decidió ayudarme y me dio un pase VIP para caminar por un sendero privado que facilitaba la salida del lugar donde se hacia el show. Cuando se terminó el camino, lo único que pude hacer fue sonreír porque justo en frente mío estaba mi mamá y mi hermana con mi sobrino. Así que salir corriendo a abrazarlas y al llegar me preguntaron porque estaba llorando, y les conté porque estaba así. Para mi sorpresa, ellas quedaron asombradas porque no se habían dado cuenta que estaba perdido.
Luego de haber tenido una gran despedida con el maravilloso mundo de Disney, mi sueño estaba por terminarse, pues ya se habían acabado las vacaciones y era hora de volver a mi hogar. 

3 comentarios:

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  3. Se puede observar la emoción que sentiste con aquella experiencia. Salir a conocer otros países, creo que es el sueño de muchos, sobretodo cuando se trata del sueño americano. Sin embargo, me parece que la manera en la cual estas abordando la historia le falta conectar mas al lector. Se podría destacar ciertas emociones o sentimientos que te causaron, pues de cierta manera si lo expresas pero te falta destacar mas estos momentos, por otra parte considero que hay incoherencia a la hora de exponer tus ideas pues hay un salto entre una idea y otra que pueden confundir a la hora de leer tu texto.

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